La enfermedad del beso o Mononucleosis Infecciosa es una enfermedad que por lo general se manifiesta como infección de garganta y puede afectar a niños pequeños, pero en muchos casos se presenta más tardiamente afectando a adolescentes o adultos jóvenes
La mononucleosis infecciosa es producida por una infección que la mayoría de las ocasiones es viral, hasta en el 95% de los casos el agente que la ocasiona es el virus Epstein-Barr. Se le conoce también como enfermedad del beso debido a que los humanos somos la única fuente de contagio y se transmite principalmente a través de la saliva.
¿Como se presenta esta enfermedad?
La Mononucleosis es una enfermedad que se presenta en hasta 95% de la población mundial y como ya se menciono los humanos somos los que padecemos, el contagio se da mediante la saliva ya que el agente que la provoca tiene como reservorio a las glándulas salivales.
En los países en vías de desarrollo o en niveles socio-económicos bajos se puede presentar la infección en niños pequeños, aunque por lo regular no da síntomas o estos son inespecíficos; en cambio en los niveles socio-económicos más altos o en países desarrollados la infección es más tardía y afecta principalmente a adolescentes o adultos jóvenes. Esto tiene importancia ya que los síntomas que se presentan dependen de la edad a la que se sufre la infección.
¿Cuáles son los síntomas de Mononucleosis?
La Mononucleosis Infecciosa o Enfermedad del Beso se caracteriza por dar síntomas de una faringitis, fiebre y crecimiento de ganglios en el cuello.
La faringitis por lo general se manifiesta como dolor de garganta, dolor y/o dificultad para tragar alimentos o líquidos y estas molestias pueden surar hasta 7 días; muchas veces pueden aparecer exudados o placas blancas sobre las anginas y puede observarse un puntilleo rojizo en el paladar.
La fiebre es frecuente y puede presentarse en picos y alcanzar hasta los 39° o 40° centígrados, y en la mayoría de los casos se resuelve entre 10 y 14 días. El crecimiento de ganglios en el cuello también puede presentarse con cierta frecuencia, y se manifiesta como la aparición de "bolitas" que pueden localizarse en la parte posterior o anterior del cuello.
A veces puede haber hepatomegalia (crecimiento en el tamaño del hígado) en hasta 15% de los casos; y esplenomegalia (crecimiento en el tamaño del bazo) hasta en el 50% de los casos. Este aumento en el tamaño de los órganos suele revertirse después de 7 a 10 días, pero debido a que el crecimiento del bazo es muy frecuente, es recomendable no practicar actividad física vigorosa ni deportes de contacto, para evitar riesgo de lesión interna.
¿Cómo se diagnóstica?
El diagnóstico es clínico, a través del interrogatorio (todos los síntomas y molestias que pueden sentirse) y la exploración física completa.
También existen pruebas de laboratorio que permiten confirmar el diagnóstico, estás van desde una biometría hemática en donde se puede evidenciar la presencia alterada de glóbulos blancos, o principalmente pruebas especializadas en identificar los anticuerpos que se presentan en una infección por el virus Epstein-Barr (prueba de Paul-Bunell)
También existen pruebas de laboratorio que permiten confirmar el diagnóstico, estás van desde una biometría hemática en donde se puede evidenciar la presencia alterada de glóbulos blancos, o principalmente pruebas especializadas en identificar los anticuerpos que se presentan en una infección por el virus Epstein-Barr (prueba de Paul-Bunell)
¿Qué tratamiento indicara mi médico?
En los casos no complicados el manejo es principalmente de los síntomas, utilizando anti inflamatorios o paracetamol para controlar la fiebre y el dolor, recomendar el consumo de abundantes líquidos y una dieta blanda o semiblanda.
Es muy importante evitar practicar deportes de contacto ya que existe el riesgo de ruptura del bazo, debido a que se presenta crecimiento hasta en la mitad de los casos y este puede a veces no dar síntomas. Si no existen molestias abdominales, se puede sugerir la realización de un ultrasonido para descartar la esplenomegalia (crecimiento del bazo).
Los antibióticos solo se reservan para los casos en los que se sospecha una sobre-infección por bacterias, puede presentarse infección por Estreptococo beta hemolítico del grupo A.
Los medicamentos antivirales no se utilizan rutinariamente ya que no se ha demostrado su efectividad en el curso de esta infección, pero algunas veces pueden emplearse en casos específicos o complicados.
Las complicaciones que pueden presentarse en esta enfermedad son:
- Dificultad para respirar o imposibilidad para tragar: esto se debe al crecimiento e inflamación excesivo de los tejidos en la faringe, sobre todo las anginas. En estos casos pueden indicarse medicamentos des inflamatorios potentes del grupo de los esteroides y generalmente se requiere manejo URGENTE con vigilancia dentro de un hospital.
- Ruptura del bazo: esto ocurre en más de 90% de los casos en pacientes varones, y se manifiesta como dolor abdominal de inicio abrupto o lento. En estos casos siempre debe descartarse la presencia de una lesión o ruptura del bazo y también requiere de manejo URGENTE en medio hospitalario.
- Coloración amarillenta de la piel (ictericia): debido al crecimiento del hígado, puede presentar elevación en los valores de enzimas hepáticas. Complicaciones más severas como hepatitis y falla hepática son raras.
- Dolor intenso de cabeza, mareos, vómitos: la infección viral puede afectar el sistema nervioso central en menos del 1% de los casos y se manifiesta como encefalitis o meningitis.
Citas y valoraciones a los teléfonos 55593857 y 55591409
Fuentes:
Diagnóstico y Tratamiento en Otorrinolaringología, Cirugía de Cabeza y Cuello, 2da ed, Anil K. Lalwani MD. McGraw Hill
Mononucleosis Infecciosa: Artículo de Revisión. Vera-Izaguirre, Chávez-Tapia, Lizardi-Cervera, Méndez Sánchez. Revista Médica Sur, vol. 10, núm. 2, Abril-Junio 2003
Mononucleosis Infecciosa en la infancia. J. Martín Ruano, J. Lázaro Ramos. Pediatría Integral, 2014; XVIII(3): 141-152
Mononucleosis Infecciosa en la infancia. J. Martín Ruano, J. Lázaro Ramos. Pediatría Integral, 2014; XVIII(3): 141-152
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